Salome Urena
Salomé Ureña

Nació en Santo Domingo, República Dominicana, el 21 de octubre de 1850.  Fue hija del poeta y abogado Nicolás Ureña de Mendoza y Gregoria Díaz de León. Su padre, su abuela y su tía maternas dieron a Salomé sus primeras lecciones educativas. A temprana edad, tuvo su primer contacto con la literatura de la cual se apasionó.  Comenzó a escribir versos a los quince años publicando sus primeras obras a los diecisiete.

El 11 de febrero de 1880, a la edad de veintinueve años, Salomé se casó con Francisco Henríquez y Carvajal un abogado, escritor y político dominicano.  Tuvo cuatro hijos con él: Francisco, Pedro Henriquez Ureña, Max Henriquez Ureña y Camila Henriquez Ureña. Más tarde, algunos de sus hijos, se convertirían en figuras altamente respetadas de la literatura contemporánea de mediados y finales del siglo 20.

En Santo Domingo y en tiempos de Salomé, la educación para mujeres estaba centrada en la religión, habilidades domésticas. Las niñas y mujeres tenían un acceso muy limitado a la educación, comparadas con los hombres.

Salomé Ureña conoció a Eugenio María de Hostos, quizá por las referencias de su cuñado Federico y su esposo Francisco. Debió suceder entre 1875 en adelante. Salomé quedó gratamente impactada con la idea de una escuela laica, una mejor educación para el género femenino, la escuela más cercana a la ciencia y la educación normalista que proponía Eugenio.

Hostos, como mentor y guía, influyó en la formación intelectual y el desarrollo de la conciencia social de Ureña. Por su parte, Salomé Ureña se convirtió en una de las principales difusoras de las ideas de Hostos en la República Dominicana.

Salomé Ureña apoyó la visión educativa de Eugenio María de Hostos, incluyendo su postura sobre la escuela laica, aunque su posición fue moderada y cuidadosa.

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Requisitos para contratar a una educadora en Costa Rica 1923.
Es muy probable que los requisitos hubiesen sido muy similares en toda latinoamérica.

Inspirada por las ideas de Hostos, Ureña fundó el Instituto de Señoritas en 1881, una de las primeras instituciones dominicanas para la educación femenina que promovía la enseñanza de la ciencia, ideas críticas, humanísticas y cívicas. El enfoque dejaba de lado la educación religiosa y doméstica tradicional. Adios a las asignaturas elementales y poco prácticas en el mundo moderno como catecismo, religión, costura, bordado y labores domésticas. El instituto amplió los alcances de la lectura, escritura y aritmética.

En el Instituto de Señoritas, Ureña incorporó nuevas asignaturas como ciencias naturales, geografía, literatura, historia y filosofía, siguiendo el modelo de educación integral de Hostos y dando un giro importante al acceso de las mujeres a una formación académica completa.

El 12 de abril de 1887, se celebró la primera graduación de las seis primeras maestras normales: Leonor M. Feltz, Mercedes Laura Aguiar, Luisa Ozema Pellerano, Ana Josefa Puello, Altagracia Henríquez Perdomo y Catalina Pou.

En 1887 Salomé Ureña quedó sola con sus hijos Francisco, Pedro y Max, pues su esposo Francisco Henriquez y Carvajal se marchó a París, Francia hasta el año 1891 donde estudió medicina y se graduó de médico.  Para Salomé fue una época de soledad.  Al regreso de su esposo desde Francia, Salomé y Francisco se reunieron nuevamente y en 1894 tuvieron a su hija llamada Camila. 

Salomé Ureña cerró el Instituto de Señoritas en el año 1893. “En abril de 1894, poco después del nacimiento de su hija Camila, la educadora enfermó de neumonía y su vida se vio en peligro.

En sus últimos años Salomé tuvo una relación difícil con su marido y decidió concentrarse en sus hijos. Su obra poética y otras evidencias demuestran que su matrimonio no fue feliz.

Enferma de tuberculosis Salomé Ureña se trasladó a Puerto Plata, el 2 de enero de 1897. Una semana después cayó en cama y no pudo recuperarse. Murió en Santo Domingo por complicaciones de su enfermedad, el 6 de marzo de 1897, a la edad de 46 años.