Las devastaciones de Osorio sucedieron en el siglo 17 y fue un episodio que impactó el futuro de la isla de Santo Domingo. Al final resultó ser un gran error de la corona española y un momento clave en la historia de la colonia.
La isla había perdido importancia para la metrópoli y se estaba haciendo cada vez más pobre.
Finalmente el gobernador español Antonio de Osorio murió ahogado en el océano ATLÁNTICO de regreso a España en 1608.
Recorre este episodio para refrescar la historia lejana pero determinante de nuestro presente.
Se llamaron las Devastaciones de Osorio las acciones de despoblar y destruir varias ciudades de la parte occidental de la isla de Santo Domingo, por parte del gobernador español Antonio de Osorio, para trasladarlas hacia la parte oriental más cercana a la capital. Este suceso transcurrió entre 1605 y 1606.
MONOPOLIO EN EL COMERCIO
Solo España podía negociar con sus colonias
España mantenía un monopolio inflexible con sus colonias americanas que ya había cumplido cien (100) años. Estaba prohibido por la corona negociar con otros países, sin embargo, la demanda de artículos no podía ser satisfecha por España. Los artículos que llegaban eran tan escasos que valían el doble.
Los pobladores de la isla se vieron obligados a realizar transacciones de contrabando porque necesitaban sobrevivir.
PRODUCCIÓN EN SANTO DOMINGO
La producción de azúcar había disminuido en la isla y el desarrollo de los hatos ganaderos había aumentado. La venta de cueros de reses era el negocio del momento. España pagaba de manera legal diez (10) pesos por cada cuero, los contrabandistas holandeses pagaban el doble de esa cantidad.
«La escasez del tipo de mercancías que se consumían a diario y la abundancia de reses fueron los dos factores determinantes en la aparición del contrabando como sistema de comercio de la isla«
El contrabando de mercancías, se inició por la falta de atención a la demanda de artículos de consumo, la abundancia de ganado y el aislamiento a que estaban sometidas las ciudades de San Juan, Bayajá, Neiba, Montecristi, Puerto Plata y La Yaguana.
Si se trataba de ciudades situadas en la costa norte como Bayajá, Montecristi o Puerto Plata; era más fácil llegar a Santo Domingo por mar que hacerlo por tierra.
Los ingleses, holandeses y franceses demandaban cuero y ganado, a cambio pagaban con mercancías que no podía suplir España. Entre 1599 y 1600 autoridades religiosas incautaron unas 300 biblias luteranas en la parte oeste de la isla. La corona española era católica e intolerante de otras religiones como la judía y la protestante.
Los hateros (dueños de ganado) preferían llevar sus reses hasta esas zonas y vender sus cueros a los contrabandistas ya que era más fácil y recibían un mejor precio.
CÉDULA REAL
El contrabando perjudicaba económicamente a España y además se planteó la penetración cultural.
El rey Felipe III emitió la Cédula Real en 1603 para despoblar las ciudades costeras del norte y el oeste y así terminar con el contrabando.
DESPOBLAMIENTOS O DEVASTACIONES
El gobernador Antonio de Osorio puso en vigencia la orden real establecía que «todas las poblaciones de la banda del norte que se dedicaban a contrabandear debían ser despobladas»
Las ciudades de Montecristi y Puerto Plata fueron trasladadas al lugar donde se fundó Monte Plata. Bayajá y La Yaguana se unieron en el lugar de Bayaguana.
Las autoridades establecieron una frontera legal o línea «guardarraya» que limitaba el paso de personas y mercancías.
Quien atravesara esa frontera sin permiso,
quedaba condenado a muerte.
«Al mudar los hatos hacia el Este, los hateros sólo pudieron llevarse ocho mil de las mas de cien mil reses que habían en las zonas despobladas, y parece que los padecimientos de las largas marchas redujeron esas ocho mil a dos mil.«
Bosch, Juan. (feb 1970). Composición Social Dominicana. Santo Domingo
CONSECUENCIAS
Las devastaciones significaron un atraso a los criollos de la isla de Santo Domingo debido a la reducción de la producción y el aumento de la pobreza. La acción resultó ser uno de los mayores errores de la metrópoli en la isla.
La parte oeste de la isla permaneció muchos años despoblada y con ganado silvestre que merodeaba en sus tierras.
Los franceses aprovecharon las devastaciones y se apoderaron de la isla de la Tortuga. Luego se establecieron de manera lenta pero firme en la parte oeste de la isla de Santo Domingo. Finalmente estos territorios se convertirían en la colonia francesa de Saint Domingue y más adelante en Haití.
La anexión a España de Isabel II y la posterior guerra para restaurar la República Dominicana, componen uno de los episodios más difíciles y traumáticos de nuestra historia y la de España.
El imperio español tenía pocas colonias en América en 1863 así que combatió con todas sus fuerzas para mantener a Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo bajo su poder.
España se lanzó a incursionar en esta aventura porque las condiciones internacionales de geopolítica les eran favorables. EUA se encontraba envuelto en la Guerra de Secesión (1861-1865), del norte contra el sur; Francia invadió a México; España aprovechó entonces y aceptó la oferta que Pedro Santana le hacía.
En Estados Unidos de América (EUA), el norte y el sur luchaban una guerra interna. El norte del país quería una mano de obra libre, barata y abundante; el sur deseaba mantener su mano de obra esclava.
En ese ambiente revuelto, Francia aprovechó e invadió a México y España aprovechó para aceptar la invitación de Pedro Santana.
Inmediatamente se anunció la anexión, algunos patriotas reconocieron el fallo y se rebelaron: Francisco del Rosario Sánchez en El Cercado; en Moca; en San Francisco de Macorís y en Las Matas de Farfán.
Pasaron 2 años de tranquilidad. Al principio los dominicanos -convencidos por Pedro Santana y su equipo- pensaban que al quedar bajo dominio español, el futuro del país sería mejor.
En 1863 el país estaba convencido de que el país estaría mejor siendo independiente. La guerra en la República Dominicana tomó un giro popular y social. Su objetivo consistió en sacar a las autoridades y tropas españolas del país. La Guerra de Restauración se enfocó principalmente en el Cibao y tenía su gobierno en Santiago de los Caballeros.
¿Qué motivó la anexión en 1861?
La República Dominicana era un país pobre y con mucha miseria. Las guerras independentistas contra Haití habían destruido la economía. Los gobiernos corruptos y mal administrados de Pedro Santana y Buenaventura Báez complicaron más la situación.
El sector dominante de los Hateros, un tipo de ganadero primitivo, estaba perdiendo importancia y poder en la sociedad debido al avance de los Tabaqueros (agricultores de tabaco) del Cibao.
Los Hateros (propietarios de hatos ganaderos), liderados por Pedro Santana no entendían como remediar la situación sin perder poder. Comprendieron que la única forma de que los hateros mantuvieran el control del estado criollo era integrarlo al estado español, un estado más fuerte, más rico. Es decir, logrando que la República Dominicana fuese una provincia española.
Pedro Santana y sus seguidores decían que bajo España teníamos garantias de mejores condiciones económicas y de seguridad.
Los motivos principales fueron la crisis económica que impedía salir de la pobreza; y una crisis política que no tenía visión de futuro.
Rebeliones iniciales
Al enterarse del hecho, se desataron rebeliones de dominicanos en Neiba, Moca, San Francisco de Macorís.
En Moca, una comunidad próxima a Santiago, fueron apresados y luego fusilados, los dominicanos José Contreras, Cayetano Germosén y José Inocencio Reyes.
La expedición de Francisco del Rosario Sánchez entró por Hondo Valle el 1 de junio de 1861. Poco tiempo después fueron atrapados en El Cercado y luego fusilados.
Luego de las rebeliones iniciales, pasaron casi 2 años entre 1861 y 1863, para que los dominicanos entendieran que no debían seguir como colonia de España.
Sánchez y sus compañeros entraron por Haití y atrapados en «El Cercado», muy cerca de la frontera con Haití. Fueron fusilados por órdenes de Pedro Santana y luego rematados a sablazos en 1861.
Monumento a Francisco del Rosario Sánchez en el cementerio de San Juan
¿Por qué después de la anexión los dominicanos rechazaron a los españoles?
Para principios de 1863, las condiciones en el país eran cada vez peores. La mala administración e imprudencia discriminatoria y de desprecio en el trato por parte de las autoridades españolas había agravado la situación económico-social de los dominicanos.
Los historiadores y sociólogos determinaron que las causas principales fueron:
El estado de MISERIA que no lograba superarse a pesar de las promesas de solución.
La ESCASEZ DE DINERO debido al lento cambio de la moneda y su devaluación, arruinó a muchos comerciantes, campesinos y tabaqueros.
La intención de MONOPOLIO desde España el negocio del Tabaco fuente de ingreso de los tabaqueros cibaeños.
MAYORES IMPUESTOS a productos no españoles, incluyendo aquellos no producidos en el país ibérico de gran aceptación en el país.
La creación de NUEVOS IMPUESTOS, como el “impuesto a la carga”. Una medida imprudente que empobrecía aún más al pueblo porque encarecía todos los artículos de consumo.
La DISCRIMINACIÓN racial y el desprecio como eran tratados todos los dominicanos por los “señores” españoles. El dominicano común desarrolló un rechazo a todo lo que significara nobleza española, debido al resentimiento que provocó el trato despectivo.
Los GRANDES PRIVILEGIOS que gozaban los naturales y funcionarios de España en perjuicio de los criollos que se sentían marginados.
El prestar SERVICIOS OBLIGATORIOS Y GRATUITOS cuando se presentara el ejército español a cualquier finca o conuco campesino.
Medidas imprudentes para CONTROLAR COSTUMBRES DOMINICANAS de la época, como las reuniones de los Francmasones y el control de las galleras (una de las pocas diversiones) también contribuyeron al malestar.
Inicios de la guerra
REBELIÓN DE GUAYUBÍN – En febrero de 1863 en Guayubín, una comunidad cercana a Montecristi, los dominicanos preparaban una rebelión pero fue descubierta por los españoles.
Los complotados adelantaron los planes, pero todavía no estaban completamente listos.
Los españoles sorprendieron a los complotados, arrestaron y fusilaron a algunos, la mayoría escapó. Muchos líderes se refugiaron en Haití. El hecho se conoce hoy como «La Rebelión de Guagubín»
GRITO DE CAPOTILLO – Al amanecer del 16 de agosto de 1863, un grupo de jinetes encabezados por Santiago Rodríguez, Benito Monción y José Cabrera, cruzaron la frontera desde Haití y se reunieron en el cerro de Capotillo, en Loma de Cabrera de la provincia de Dajabón, levantaron la bandera de la República Dominicana y cabalgaron en búsca de las tropas españolas. Así empezó la Guerra de la Restauración.
En la actualidad, en la cima del cerro de Capotillo se encuentra una bandera dominicana que hace honor a ese acto patriótico.
En la base o pié del cerro, se encuentra un monumento que resalta el valor y la determinación de los restauradores.
¿Cómo y cuándo terminó la guerra?
En 1865 la guerra se había estancado, ambos bandos estaban agotados. Sin embargo, España perdía más terreno cada día y sus actos militares no tenían éxito.
Por otro lado, la Guerra de Secesión en los EUA había terminado, este nuevo contexto representaría un cambio de condiciones para españoles y dominicanos. En España la guerra era cada vez más impopular.
El 3 de marzo de 1865, la reina Isabel II firmó la anulación de la anexión. El 15 de julio, las tropas españolas salieron del país, sin ningún tipo de condiciones
¿Quienes fueron los principales héroes de la Guerra Restauradora?
La Guerra Restauradora tuvo un carácter social, todos los dominicanos fuera de las zonas controladas por españoles se involucraron. Muchos líderes naturales aportaron su interés y esfuerzo, para expulsar a los españoles que habían empeorado la situación del país. No hubo un líder único, fue una guerra social.
Algunos líderes hacían su labor militar, otros su labor política y de coordinación.
Estos son algunos de ellos:
Santiago Rodríguez Masagó
José Antonio (Pepillo) Salcedo
Benito Monción Durán
Gaspar Polanco Borbón
Gregorio Luperón
José Cabrera
Pedro Francisco Bonó
Benigno Filomeno de Rojas
Ulises Francisco Espaillat
Matías Ramón Mella
Monumento a los Héroes de la Restauración en Capotillo, cerca de Loma de Cabrera, provincia Dajabón
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